Si Hoy Te Sientes Abrumada… No es tu mente. No estás “loca.”
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Descubre cómo tu sistema nervioso puede ser la clave para encontrar alivio y equilibrio.
EMDR: Mi Puerta de Entrada a Entender que el Trauma No Está en la Mente, Sino en el Cuerpo
Hace unos años, mi sistema nervioso colapsó. No fue algo mental. No eran recuerdos que me atormentaban ni voces internas que no me dejaban en paz. Fue físico. Mi cuerpo explotaba en ansiedad, aunque mi mente se sentía extrañamente calmada.
Buscando una terapia alternativa —algo que fuera más allá de lo convencional— encontré el EMDR. Sabía poco sobre él, pero me llamó la atención que, en ese momento, era uno de los dos únicos métodos psicológicos alternativos aceptados por la OMS. Contacté a una terapeuta, llené un cuestionario, y su diagnóstico me sorprendió:
Estrés postraumático severo con disociación.
Yo ni siquiera era consciente de que algo así vivía en mí. No estaba buscando “sanar un trauma” porque ni siquiera sabía que había uno. Solo quería aliviar mi cuerpo.
El EMDR y Las Partes Internas: Lo Que Descubrí en el Camino
El EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) trabaja con las partes internas que se han fragmentado dentro de nosotros: el niño interior, el adolescente herido, el adulto que se sintió abrumado… Pero mi experiencia fue diferente.
Yo no sentía que hubiera “partes internas gritando por ayuda.” Mi cuerpo era el que gritaba.
Trabajé con la técnica del “abrazo de la mariposa”, pero siempre tuve curiosidad por cómo funcionaba el método original con los movimientos oculares. Sabía que incluso se usaba en grupos, en poblaciones afectadas por desastres naturales, y su eficacia era reconocida. Pero algo en mí sentía que, aunque EMDR me ayudaba, la raíz estaba en otro lugar.
El Trauma Vive en el Sistema Nervioso, No en la Mente
Fue ahí cuando me encontré con algo que lo cambió todo:
El trauma no es un recuerdo. No es un pensamiento. Es una respuesta fisiológica que se queda atrapada en el cuerpo.
Descubrí a Irene Lyon, quien enseña cómo el trauma se aloja en el sistema nervioso y cómo la clave no es “sanar la mente”, sino crear capacidad en el sistema nervioso para que no se sienta como si estuviera siempre al borde del colapso.
Peter Levine, la teoría polivagal, el nervio vago, el movimiento somático, y las enseñanzas de la Dra. Aimie Apigian (la encontraste como Amy Schwarz) me llevaron a entender lo que el EMDR había empezado en mí.
Entonces, ¿Cómo Funciona el EMDR Realmente?
El EMDR ayuda al cerebro a reprocesar traumas que quedaron “atascados”. Usa estímulos bilaterales (como movimientos oculares, toques alternos o sonidos) para activar ambos hemisferios del cerebro. Esto permite que memorias traumáticas, que no se procesaron correctamente en su momento, encuentren un nuevo lugar, perdiendo su intensidad.
Pero lo que yo aprendí después es que:
El trauma no desaparece solo con reprocesar un recuerdo.
El trauma vive en el cuerpo, en el sistema nervioso, en esos temblores internos que no sabemos de dónde vienen.
EMDR Fue el Inicio, Pero el Sistema Nervioso Era la Clave
Con cada sesión de EMDR, sentía alivio, pero mi curiosidad me llevó más allá. Ahí fue cuando comprendí que, aunque EMDR es poderoso, el verdadero trabajo estaba en fortalecer mi sistema nervioso.
El sistema nervioso es como un contenedor. Cuando es pequeño, cualquier cosa lo desborda. Pero cuando lo expandimos, somos capaces de sostener más sin rompernos.
Y ahí encontré las herramientas que realmente transformaron mi vida:
• Movimiento somático: No para “liberar emociones,” sino para enseñar al cuerpo a sentirse seguro de nuevo.
• Estimulación del nervio vago: Porque el nervio vago es el puente entre el cerebro, el corazón y el intestino, y su activación calma toda la tormenta interna.
• Prácticas de regulación diaria: Como respirar conscientemente, caminar al sol, y hasta inflar globos.
Lo Que Me Dejó Este Camino
Hoy, miro atrás y veo al EMDR como la puerta que me llevó a entender algo mucho más grande:
No se trata de eliminar recuerdos. Se trata de darle a tu cuerpo la capacidad de sentirse seguro, incluso cuando el mundo a tu alrededor no lo está.
El trauma no es un defecto mental. Es una respuesta natural de un sistema nervioso que hace todo lo posible por protegernos, incluso cuando ya no hay peligro.
Si Hoy Te Sientes Abrumada…
No es tu mente. No estás “loca.”
Es tu cuerpo pidiendo ayuda, pidiendo espacio, pidiendo alivio.
El EMDR puede ser un gran inicio, pero recuerda que hay un universo entero de herramientas que te esperan para enseñarte que no necesitas “sanar,” solo necesitas recordar cómo fortalecer lo que ya vive en ti.
✨ Con amor, con gratitud y con un sistema nervioso cada día más fuerte, Helen.
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